10.4.07

La vida en el interviu

No tiene nada que ver con la afamada revista de chismes española, más bien es con mi bonito afán de ir a entrevistas de trabajo. Resulta que cuando eres físico nuclear, neurofisiólogo o investigador de mercados, perteneces a una selecta cofradía que trabaja en “la industria”. Sí, ese término que se usa para definir un mercado de trabajo tan cerrado, pero tan cerrado, que el día que quedes mal con 3 empresas ya te quedaste sin poder participar del juego.

Bueno, que estábamos con que mi participación en “la industria” del market research (oh, qué fashion se oye) se había limitado a trabajar en una consultora que ha ido adquiriendo nombre a fuerza de “push” en el mercado (y de donde me salí antes de que nadie diera dos pesos por ellos) y en una de las empresas más grandes de MR en el mundo (aunque el área de cualitativo en México, podrán adivinar, deja algo que desear). Cuando cerré la puerta, apagué la luz y me lancé al ancho mundo del freelance y la docencia, supuse que no habría más trabajo de oficina para mí. Ja. De pronto empezaron a aparecer las ofertas de trabajo, todas para subir de nivel de responsabilidad… Dije que no dos veces, con mi cara más mona de “soy libre y no me venderé”. Ja de nuevo.

Empresa 1

Entrevista 1. Una excompañera de trabajo llama a mi celular y empieza a contarme los pormenores de su nueva vida, que incluye ser headhunter para diferentes empresas “de la industria”. ¿Me interesaría una entrevista con ella? Voy a un café de cadena, compro un jugo y 15 minutos después ella ya está diagnosticando mi capacidad como posible vendedora (en realidad les dicen “consultores”) para alguna agencia que hace algo así como lo que yo siempre he querido hacer. Si sales bien en tu evaluación y les gustas, te hablan.

Entrevista 2. Posiblejefe me recibe en su oficina. Ahora ya sé que no estamos hablando de cualquier empresa, sino de LA Empresa. Sí, en toda “la industria” existe una LA empresa, y me habían llamado precisamente de ahí. Sopas. Para colmo, Posiblejefe es un tipo agradable, inteligente, conversador. Tenemos obsesiones comunes, y así una entrevista rutinaria de 30 minutos se transforma en hora y media. Voy a hablar con mi jefe y te aviso, dice Posiblejefe al despedirme. Yo salgo con la sensación de que algo inminente cuelga sobre mi cabeza.

Entrevista 3. Pues no fue con su jefe, sino con Miranda Priestley. Siendo justa, la mujer fuerte de “la industria” es mucho más agradable de lo que su fama me habría dejado creer. Lo curioso es que me pregunta generalidades, divaga y me trata de enamorar de LA empresa. Salgo sin saber bien a bien dónde estoy parada o que parte del proceso de reclutamiento me incluía con mi mejor cara de Anne Hathaway frente a la mujer a la que más temía después de mi exjefa… Sí, me cayó bien. No, no usa Prada. Más bien feng shui. Creo que me comporté con soltura. Salgo de la entrevista, pregunto por Posiblejefe, no está. Toda la gente es sonriente. Tal vez el feng shui funciona.

Entrevista 4. Posiblejefe me cita y no llega, pero me deja un caso práctico a escoger. Por primera vez en el proceso me encuentro haciendo un examen de aptitudes reales. Me pongo tan nerviosa que no logro dar pie con bola y tardo 3 horas en elaborar una propuesta de hora y media. Además, mi sugerencia es perfectamente desaforada (la respuesta correcta resulta ser un método que sugerí en mi peor fracaso frente a cliente en la anterior empresa, cuando Cliente Siniestro casi me hace llorar frente a un consultor y un moderador). Descubro que normalmente la posible área se toma 15 minutos para comer. Se siente bien estar en una oficina. Posiblejefe me mira con algo de decepción, pero supongo que no con la suficiente. “Me interesa más la actitud que la aptitud, lo demás puedes aprenderlo”. Ahora no sólo me siento estresada, literalmente me aterroriza. “No voy a poder con el paquete…” Posiblejefe me consigue una entrevista con Jefesiguiente para el día siguiente. Después de 4 entrevistas, no hay una propuesta económica que me permita desmayarme o carcajearme. Mal.

Entrevista 5. Jefesiguiente es un tipo que impone. Juvenil, pero no demasiado, de colecciones “informales” pero perfectamente ordenadas a la vista y arte contemporáneo en la oficina (“ese cuadro cuesta más que mi sueldo de los próximos 5 años como profesor” pienso mientras espero). Una estudiadísima barbita de 3 días… La entrevista que se suponía filtro resulta ser simplemente un trámite, con un Jefesiguiente que me hace preguntas básicas, nada que le permita darse cuenta de mi inexperiencia o mi incapacidad para trabajar bajo presión. Él sólo lee a la overachiever que siempre he sido… y da por hecho que el 2 de mayo estaré trabajando para ellos. Eso sí, sin oferta económica alguna. Esa me la darán hasta la entrevista 6, que me han cancelado ya dos veces... Cuando se enteren que no voy a aceptar, les dará chorro.

3 comentarios:

Me, MyseLf and I dijo...

jaja buen final de la interviu 5

Anónimo dijo...

Hola Santa Coppelia, soy Andres de Buenos Aires Argentina, te pregunto porque has sido quioen recuerda el siguiente dibujito ...

Ah, y añado por mi cuenta, ya que lo pensé: esa caricatura de fantasías animadas en la que los poseía el demonio del juego... el poseído pedía "¡Cartas, cartas!" y cuando perdía pedía piedad: "¡No, no, el de la fuente no! ¡En nombre de la Humanidad, no!". Y eso de la fuente era buenísimo...

fue un comentario que hiciste hace un tiempito, queria consultarte si sabes donde puedo bajarlo, o si lo tenes ??
o cualquier info que me puedas dar:
nombre de la musiquita (que tb era bueniiissssiima)
director ... escritores ... anio ...
exitossss

Anónimo dijo...

tambien lo castigaba con :
- la rueda de la fortuna noooo -
- o el pensador ... nooo -
jajajaja muy buen dibujitoo