19.2.08

Por qué no regresar tras un divorcio

Cheryl tenía razón: las relaciones laborales son como las amorosas. Yo, por ejemplo, duré 3 meses con uno con el que no sabía bien a bien por qué quería, hasta que me di cuenta de que era por probar. De ahí, pasé a la relación con el clásico adorado, al que ves para arriba y le permites todo... hasta que te cansa ser su jerga y lo mandas mucho a la chingada. Y después me casé con uno en el mejor plan de "un clavo saca a otro clavo", pero lo que empezó siendo una relación de conveniencia (él ponía la lana, yo mantenía la casa funcionando; él pagaba mis viajes, yo corría de un lado a otro salvando sus pendejadas) terminó por volverse un divorcio necesario "justo al año de casados" (literal). Aunque al divorciarnos me dijo "pero claro que seremos amigos y seguiremos en contacto y te daré la mitad de los bienes", yo ya sabía que no tardaría nada en darme una patada, cortesía de un change of mind.

En fin, que después de eso yo juré: "no me vuelvo a enamorar", y me dediqué a andar en plan semiformal con uno que me da mucho amor y muchas risas (pero poco$ compromi$o$). A los 6 meses de que nos divorciamos, mi exmarido reclamó que como yo tenía mi "cariñito" y que como no le podía dedicar el tiempo que él quería, cuando él quería, pues que cuícuiri. Y me retiró la palabra y el saludo y hasta tachoneó mi nombre de su agenda. Y yo no me agüité, porque resultó que al mes, el frenesí de galanes empezó a rondar. Sin prisa pero sin pausa (como ya deben de saber quienes me han leído) dejé al pretendiente milloneta y al weirdo, y me quedé con el que modestamente me prometió cosas que sonaban reales. Entre ellas, nunca me exigió que dejara al "cariñito", sino que conviven bien y hasta se platican de vez en cuando.

Así el mundo. Resulta que ahora, un año después de que mi exmarido me retiró el saludo, una de nuestras amigas (más de él que mía, es más, casi la hija que vive con él desde el divorcio) organiza "una reunioncita". Una reunioncita tentadora, cabe decir: "ven, te voy a prestar unos libros y a contarte unos chismes y a enseñarte los secretos de la familia". Pues resulta que acepté... Y hagan de cuenta que rompí la primera regla del divorciado: si te separaste de alguien, por algo fue.

Mi "reunioncita" salió cita amorosa, con abrazo empalaguiento y sudado de mi ex, que para colmo, me hizo cancelar citas previas con mi cariñito, me hizo perder el tiempo y se dedicó a quejarse y hablar mal de las visitas: un absoluto recordatorio de por qué le cerré la puerta en las narices la última vez que me ofreció viaje todo pagado de tres semanas por el sureste... Me lo merezco, me lo merezco, me lo merezco. Más vale que ahora el cabrón pague la pensión alimenticia y la terapia que necesitaré por andarles aceptando el proyecto...

Lo que sí es cierto es que, después de ver a mi exmarido y condenarme (por pendeja) a una semanita a su ritmo, valoro mucho más a mi actual relación: la Agencia Fantasma rules...

2 comentarios:

LuMmo dijo...

Que bien me caes..!

Anónimo dijo...

qué razón tienes, me vi reflejada.... no cabe duda que como dicen el ser humano es el unico animal que tropieza dos veces pero con la misma piedra está cañón