7.4.08

Brit.

Hay ocasiones en las que el pasado regresa y le tienes que atrancar la puerta, porque el muy despreciable decide colarse con su tufo más apestoso y traer lo peor de sí. Ah, pero hay otras ocasiones en que viene decente, bañado, arreglado y perfumado, y le abres la puerta y te trae un trozo de la vida que se te cayó en algún momento y que creíste que nunca ibas a recuperar. En esos momentos amas que regrese... o al menos yo sí lo amé.

Ya lo había escrito en mi meme de cumpleaños (y en realidad no lo escribí yo, lo escribió Pitol): uno es su niñez, su familia, unos cuantos amigos... En ese mismo meme, mencioné el Morelos (la escuela en la que hice los tres primeros años de primaria), Tacuba (la colonia en la que estaba esa escuela) y a Britannia, Roberto Carlos y Carlos Alberto, Enrique y Jorge Arturo (mis amigos más cercanos de esa época). En resumen, que yo no sería yo sin ellos.

En el Morelos hice de todo, aprendí de amistad, de compañerismo, supe que ser inteligente no es lo mismo que ser ñoño, tuve todo el espacio para correr que quise, tuve amigos de todos los tipos. Me sabía respetada y querida y acompañada. Pero todo termina... Cuando llegó el momento de pasar a cuarto, mis papás decidieron que la escuela estaba muy lejos y que el nivel "no era todo lo que ellos quisieran"... y me cambiaron de escuela. Fts. ¿Cómo explicar lo que pasó? Nunca pude avisarle a mis amigos que ese había sido nuestro último año escolar juntos, así que los perdí por completo. Entré a una escuela en donde por ser lista y ser nueva tuve que pagar el precio 6 años, y aunque pasé las de Caín (eso de ser el puerquito no se lo deseo ni a los que me jodieron la secundaria entera) en realidad terminó por configurar quien soy ahora: todoterreno, lectora ensimismada, valiente (pese a todo), llena de un humor autorreferenciado. También me insertaron mis inseguridades eternas, pero bueno, ya qué...

De todos mis dolores, el único que no había elaborado nunca fue perder a mis amigos. Entre ellos, Britannia: era una siempre sorprendente chispa de energía, mi otro yo, la perfecta cómplice. Éramos tremendas juntas, nos encantaba hacer cosas nuevas, y aunque vivíamos con alma de protagonistas, nunca nos peleamos, al contrario. Britannia lograba sacar siempre lo mejor de mí, y tenía ideas que a nadie más se le ocurrían. La recuerdo en casa de mis papás, vestida con un vestido mío, pintándose la cara, para "estar lista". No hubo una persona que añorara más durante el paso a sexto de primaria, ni durante mi pavorosa secundaria.

Desde la preparatoria renuncié a volverla a encontrar: la vida ya había hecho su parte y vivimos en una ciudad de muchos millones de habitantes. Logré consolarme con la idea de que habríamos cambiado tanto que reencontrarnos ya sería una tontería, y así vivían felices mis recuerdos, aunque adoloridos por esa pieza faltante en el rompecabezas. Sin embargo, cuando Google llegó al rescate, lo intenté de nuevo: un par de veces, un par de veces más... en realidad cada que me ponía a buscar gente (es un buen mal vicio). En fin, nada... hasta que hace un par de semanas ella me ganó y localizó mi antiguo sitio de internet. Vivíamos con el mismo hueco la una de la otra, parece.

Hemos hablado por teléfono ya un par de veces, y el sábado nos vimos de nuevo por primera vez. Sigue siendo una chispa, ahora canalizada a una familia muy padre; tiene un hijo que es de nuevo ella pero con correcciones de fecha y de quien ya soy fan. Sigue siendo una apasionada de los animales y rescata cuanto perro encuentra. Se sigue disfrazando y maquillando, pero ahora hace de eso un modo de vida: anima fiestas (y es perfecta). Conserva el sentido del humor, las pecas y la sonrisa enorme. Hemos planeado una salida el jueves "en familia" para comer y jugar con el sobrino (ya es mi sobrino) y demás. Fueron casi 12 horas de plática, que todavía no compensan los 21 años sin vernos. Sin embargo, dentro no se siente que haya pasado tanto tiempo.


Mi agradecimiento con la vida está a tope. Y me estoy empezando a sentir completa...

1 comentario:

Diana dijo...

Salud! Porque el pasado nos regrese a lo que vale la pena, a las amistades perdidas, a los momentos bonitos. Y sigue en pie lo del té, así que usté póngale fecha y hora. Besos!