19.12.08

Disculpen la tardanza...

... pero fuimos invadidos por los suecos. Olvídense de Abba, de Volvo y de todas las referencias pacíficas y seguras que conocían: no hay cosa más difícil de controlar que una sueca neurótica fuera de sí. Bueno, tan fuera de sí como puede estarlo una sueca neurótica (que en realidad es mucho pero poco... pero ahorita les platico).

Sí, estoy hablando de trabajo. Ahorita ya tengo 19 días en la nueva agencia, y la mera verdad es que no me puedo quejar todavía. Mi jefe me cae rete bien, mis compañeros de trabajo son muy distintos entre sí pero no hay un solo pendejo en la oficina (¿se imaginan una oficina sin pendejos?) y aunque hay un chorro de trabajo, la mera verdad es que creo que este ritmo y poder intercambiar ideas con gente ya me hacía falta.

Por lo pronto, los personajes centrales son Chato, quien a partir de enero se transformará en el junior a mi cargo; Maro, una compañera que me conoce mejor de lo que yo la conozco a ella a base de pura referencia cruzada (aunque eso ya se los había platicado, creo); M&M, una socióloga peculiar y encantadora con quien tengo el cumpleaños en secuencia; Belle, quien estuvo *así* de cerquita de ser mi junior pero siempre no; Cid, que, como su nombre lo indica, es un campeador... Ya iré platicando sobre de ellos y las historias locales con más detenimiento... Aunque me voy a saltar la historia de la comida de mi área y los desfiguros que ella implica...

El caso es que no he parado. Hemos tenido estudios día tras día tras día tras... bueno, ya entendieron. Esta semana hubo dos. El primero de ellos fue el que involucró a una suequita que nos habló a Chato y a mí diario durante las dos semanas previas al proyecto. Llegó 6 horas antes de su estudio a tener una reunión, acompañada por Björn el vikingo (sueco prototípico: 2 metros, rubio casi albino, ojos azul transparente, sonrisa suave). Ella se veía morena, delgadita, alta, de enormes ojos inocentes, linda sonrisita de esas huidizas... y un bigotazo que logró desenamorar a toda la oficina. Sí, Anni-Frid resultó ser una mujercita mona, pero terrorífica.

Es que no saben el nivel de control que puede ejercer un par de suecos. No gritan, no se enfurecen, pero presionan "amablemente" hasta que te hacen ceder o terminan con tu cordura. Así viví 3 días, entre ellos mi cumpleaños (en el que no comí y salí de trabajar a las 10.30 de la noche). Terminé agotada física y mentalmente, con tres días de maldormir y malcomer a cuestas. Eso sí, vienen de regreso en enero... y reforzados. Ya prometimos no volver a mencionarlos hasta un par de semanas antes (o sea, de aquí a inicio de año).

Lo bueno es que esta semana terminó bien, con un estudio muy padre (digamos que entrevisté a gente que me subió el ánimo y me dejó con la impresión de que se puede ser hermosa siempre y cuando uno lo quiera) y que descubrí que, por perra que sea la circunstancia, si el conflicto me sobrepasa mi jefe estará ahí para obligarnos a resolverlo, ¡ja!

El cumpleaños
Estuvo, sinceramente, de poca madre. No me refiero al mero día (ya les conté que los suecos me tenían prisionera), sino a la fiestita. Mucho borracho contento. Gente que tenía mucho rato de no ver (como mi primo, mi excuñada a la que quiero harto, excompañeritos profesores, y la súper sorpresa de los prófugos europeos que regresaron sin avisar) . Tres o cuatro regalitos que me pusieron rete contenta. En general, creo que todo mundo se divirtió mucho, que es de lo que se trataba la cuestión. Además, Lord Vader pagó sus culpas a palos y, aunque cuando la gente oye "piñata" dice "¡qué teto!" lo cierto es que nadie se negó a ganar dulces, cigarros o condones, ¡ja!

En general, mucho mejor que mis primeros XV.

P.D.: Hoy nos tocó ver al naco del chef Oropeza estacionarse en una esquina prohibida en la Condesa, tan campante él. De esos idiotas que creen que porque traen un Mercedes Benz rojo y salen en la tele, la grúa no les va a hacer nada. Bueno, ojalá que sí se lo hayan cargado. Si no por ser de los nacos que se estacionan en esquina y no dejan subir a las banquetas ni a pie ni en silla de ruedas, si al menos por ser pésimo chef, ver jitomates como si no supera que hacer con ellos, y usar una chamarra de piel pitera que intenta ser rockera...

3 comentarios:

Salvador Fabela dijo...

i) Pinches suecos, quién los viera.

ii) Gran cumple, estuvo de pocamadre.

iii) No me jodas, si yo hubiera visto al pendejo Oropeza haciendo eso, seguro que la digo algo o lo pendejeo, jiji.

iv) Y ya, porque estoy pedo.

Diana dijo...

Ya decía yo que Oropeza no sólo tenía cara de pendejo...

Querida, las palabras me faltan para disculparme por mis ausencias, aunque la presencia virtual ha estado, lo otro me averugüenza. Ni modo.

Un gran abrazo , me hace feliz leerte feliz.

Olga Fabila dijo...

El narco Chef Oropeza:

http://www.youtube.com/watch?v=mbs64GvGgPU

Aunque no tiene tanto encanto como este Chef...
La actitud se parece.
Bes
O.