26.8.08

Prologo

Mañana a las 9 am llega la mudanza. Galleta y Rufino ya se conocieron, y básicamente Rufián adora a Galleta y estar acompañado la mayor parte del día, mientras que Galleta ha preferido (con todo y sus puntos de la operación para consagrarla vestal) subirse a la repisa más alta del clóset, en donde ya le puse comida y agua, para evitarlo.

El depto ya no parece mi casa. Al parecer esas 40 cajas de cosas varias son la diferencia entre un refugio y un hogar... El domingo vino "la familia extendida" a ayudarnos a compactarlo todo y dejarlo listo para salir de aquí hacia su nuevo lugar. Descubrir eso (que ahora sí, en realidad, los amigos son la familia que uno elige, y que la familia de R me da la bienvenida de brazos abiertos) me hace sentir feliz y agradecida.

Rufino me lame la cara mientras escribimos nuestro último parte de guerra desde el que fue mi sitio (y un poco no) en el último año. Empieza a oscurecer mi última noche en Torres.

Mañana en la mañana, estrenar el departamento nuevo, con todo y su número de teléfono extraño para mí, los recibos que no estarán a nuestro nombre y nuevos modos de organizarnos. Mi biblioteca, la de R, la recámara común, los muebles, sus trastes que llevan un año y nueve meses empacados viendo la luz de nuevo, adaptarnos a esa nueva forma de vivir los dos en un sólo lugar todo el tiempo. Nuestro primer departamento juntos.

Para mí será la primera vez viviendo con alguien en pareja. Para R es retomar el ritmo después de 3 años de vivir con amigos pero sin pareja. Ya he dicho hasta el cansancio que esto es una mezcla inimaginable de emociones. Lo cierto es que la tensión de los últimos días está empezando a dar paso a una seguridad, una tranquilidad y un entusiasmo bastante interesantes; es cerrar un libro y abrir otro.

De pronto, los últimos 6 meses, llenos de tensión y exceso de trabajo por mi parte, están llegando a su fin. Ahora espero tener tiempo para recorrer el barrio, para conocer el mercado y probar el restaurante libanés que quedará a media cuadra de la casa; tiempo para acomodar mi biblioteca de tal manera que se sienta permanente y no de paso; tiempo de aprender cómo soy yo en este nuevo momento de la vida.

Éste es el prólogo. El capítulo 1 está a punto de empezar a escribirse.

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