22.9.06

Me siento...

Feliz porque terminé el 80% del artículo que tenía que entregar para hoy, aunque olvidé hablar de temas bien importantes (Latin Lover y Betty-Lety) que tenía en la cabeza y se me borraron.

Enojada porque me sacaron de un proyecto gracias a mi turbio pasado en la empresa de Medusa. Eso implica que igual estaré corriendo con trabajo y ver que las sesiones entren y etcétera, pero no analizaré ni moderaré (que es lo que me gusta hacer). Me quedé con la peor parte de la chamba, gracias a un proyecto en el que participé de forma marginal hace año y medio, ¡Ufa!

Indecisa sobre si lanzarme al centro aunque vaya sola, nomás por el gusto de hacerlo, o largarme al cine a ver "Señora Venganza" yo solita, nomás porque quiero verla pero no quiero invitar a T y L ya la vio en preestreno pirata.

Monísima, porque me peiné de dos colitas hoy y me siento hecha una nena.

Ayer fui con M y con Do a cobrar el cheque de M a uno de los medios en los que escribe. Huimos a las 2 de la tarde de la Condesa, tomamos un taxi, mareamos al taxista con nuestros comentarios sobre si la revista Chispa era mejor que Grita fuerte (hell-fucking-yeah), si el Caballito es un caballo completo o es sólo la cabeza o es un debraye amarillo, sobre como las horrendas esculturas de Sebastián se vuelven icónicas por feas, algo así. Queríamos comer cocodrilo y armadillo, pero no nos daba tiempo de llegar.

Después de entregado el cheque, fuimos a hacer fila en el banco, donde intercambiamos lugar tres veces, Do corrió para ganarle el lugar en la fila a un viejito, él se formó pero M fue quien hizo el trámite... A mí se me rompió un zapato. Salimos después de que le tatué a Do el autógrafo de Chayanne en la mano y admití, dentro de una institución bancaria, que soy buenísima copiando firmas.

Compramos unas gelatinas bien bonitas. Nos las dieron en papel encerado y nos las comimos a mordidas, y todos nos compartimos. Luego corrimos para atravesar la calle, y fuimos al Café la Habana. Pedimos el menú con botella de vino, y el capitán lo trajo y me presentó la botella y me dio el corcho y me sirvió primero y me dijo que si yo me iba a hacer cargo de los muchachos.

Comimos demasiado. Salimos justo a tiempo para regresar bien, habiéndonos tomado dos horas de comida...

Lo dije ayer, pero en realidad lo siento: si una hipotética Coppelia de 8 años nos hubiera visto, nos habría envidiado. Esa vida es la que me hace falta. Ya veré cómo me las arreglo para poder organizar todo con todo, pero ojalá pueda. Ojalá que todo salga bien. Hasta ayer en la noche estaba muy animada, y hoy ese "no queremos trabajar con ella porque ella trabajaba con Medusa y eso no nos gusta" me bajó los ánimos. Como si no fuera a conseguir trabajo por culpa de la misma mujer de la que huí hace un año. Como haberme generado un mal karma laboral...

Lo importante, pues, deberá ser dar clases y escribir. ¡En eso no me han desprestigiado todavía!

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